Hay momentos del día o días casi enteros, que son "espectaculares"... Por llamarles de alguna forma...
En esos breves pero eternos minutos, independientemente de que te guste o no Arjona, te sorprendes cantando: tu casa es casa de locos... Y tú también otro poco... Por seguir ahí... Y sí, definitivamente tienes esa sensación de anhelar tener el poder multiplicarte por cero y desaparecer.
Sin embargo, llega la noche y reina la paz. Y muchas veces no recuerdas con exactitud las "razones aparentes" del caos experimentado o qué lo inició.
A veces tratas de recordar, pero siendo madre de más de uno, llegas al punto en que ya no sabes bien a bien qué pasó, ni qué o quién detonó qué, o a quién lastimó o prendió. ¿Qué fue primero y qué después?... En realidad, muchas veces el orden es lo de menos... Sólo recuerdas, lágrimas, gritos, quejidos, acusaciones y a veces hasta sangre...
Ya no sabes si todo empezó porque uno tocó o rozó la silla del otro, si la comida no les gustó, si se quejaba alguno de que el otro le hizo o no le hizo o si le pidió perdón feo, si querían que los cargaras justo en el mismo momento, si alguien había azotado y quería chochitos a de árnica porque se floreó la boca o se decoró la rodilla, si te equivocaste de color de plato o si te habías olvidado de servirle el agua de limón que ya te había pedido bien 2 veces o si fue porque querían que les dieras tú de comerá "ahora"... ¡O todo al mismo tiempo!... A final de cuentas, todas las anteriores y cualquier otra situación, son posibilidades que pueden atraer el caos, que ya encendido, te incita a cantar para no enloquecer.
No obstante, ya ahora en calma puedes reflexionar un poco y descubrir qué hubo más allá de las "exigencias y reclamos aparentes" de tus niños...
- A veces era que estaban muertos de cansancio o ladraban de hambre, otras un cambio de rutinas que los descolocó o una ausencia inusual de tu parte o de alguien más. O bien, traían atorado algo que sucedió en el cole o alguna inquietud o incertidumbre específica, etc.. ¿Qué sé yo?...
- Por otra parte, también somos parte de la ecuación, así que vale la pena incluirnos en el pack de posibles detonadores, ya que a veces puede haber influido nuestro estado de ánimo, nuestras preocupaciones, si trajiste mil rollos e ibas como loca, si estuviste estresada, te sentías agotada o simplemente si ese día amaneciste con tolerancia cero, ya que todo esto definitivamente no ayuda y sí los "contagiamos"...
Hay que aprender a ver más allá y a mantener la conexión, aunque tengas que cantar
Arjona, recitar poemas o contar hasta 1000...
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