Dicen que los borrachos, los niños y yo añadiría, los maridos y el tiempo, siempre dicen la verdad...
Y así fue, bastaron menos de 2 días para que 3 hechos me dejaran claro que EL TIEMPO NO PASA EN VANO:
1. Mientras caminábamos con los niños, mi marido me sacó esta foto para dejar constancia que el comentario que haría al terminar de tomarla, no era malintencionado, falaz ni traidor: "híjole, ya..yaaaa.. ya ahora sí tienes la cabeza blanca"...
Alguna vez medio desee tener canas, para que un jefe me dejara hacer más allá que enguapecer power points, gastos, contestar el teléfono y calentar la silla... Para él, el ser joven era un impedimento importante. ¡Y peor era verte joven! Esto era razón suficiente para limitar tu crecimiento, ya que literal "la ausencia de canas" denotaba tu inexperiencia e inmadurez... Mismas, que paradójicamente, no podías disminuir o eliminar, sin acceso a oportunidades para participar en asuntos de "adultos canosos"... Pero como todo llega, finalmente llegó el día en que le podría decir, quítate que ahí te voy, ya que aunque me digan "come años", las canas gritan la verdad...
2. En fin, tras ese golpe, fuimos a comer a Carl's Jr. y no llevaba lentes... Esto resultó ser una experiencia deprimente y humillante: estar ahí casi trepada en la caja registradora, haciendo gestos para enfocar un poco, clamar por que existiera un menú en papel que pudiera sostener con mis manos y rogar que me dejaran pasar atrás del mostrador para poder tener una idea de lo que vendían y poder elegir qué comer... Y... ¡¡¡nada!!! (De hecho, aquí entre nos, bastante decepcionante la atención y el servicio)... ¡¡¡Hasta que se me prendió el foco!!!.. De algo sirve tener canas y saber usar la tecnología a pesar de ellas: así que saqué mi celular para tomar foto de los menús de la pared, para agrandar la imagen, ¡¡¡poder leerlos y poder elegir qué comer!!!
3. Y por último, para rematar, por una vez que eché la flojera en la cama desde hacía siglos, mi segundo hijo, una pulga que no llega ni a los 4a, obvio sin ser su intención, me dijo ¡¡¡gorda!!!...
Con actitud de gran detective que se gloria por haber decifrado el misterio, me dice hoy: "ya sé porque te quedaste tanto en la cama ayer!!!... Tienes la panza hinchada, estás embarazada y tenías que estar en reposo".... -(En el 3er embarazo estuve en reposo 4 meses y lo asoció) No, ¡¡¡¡¡nooooo estoy embarazada!!!! ¡¡¡¡Sólo me quedó la panza de embarazada!!!!
Así pues tras estos hechos, quedó patente que estoy vieja, canosa, ciega y panzona....
Y más allá de sentir nostalgia por aquellos días de juventud, de la posibilidad de pintarme el pelo, comprarme lentes de contacto, hacer más ejercicio, tomar menos aguas de sabor, comer menos papitas y chocolates... ¿¿¿Qué me queda???
Aceptar mi realidad con la cabeza blanca en alto,
voltear y mirar al cielo, simplemente para agradecer.
Agradecer cada instante que se me ha regalado...
Agradecer cada día de mi vida, con sus altibajos, cada sonrisa, cada lágrima, cada gota de bilis derramada, cada suspiro, cada tonelada de cansancio, cada beso, cada abrazo, cada bendición recibida...
Agradecer a mi cuerpo, fiel compañero de batallas, que me ha permitido conocer, conversar, pensar, aprender, escribir, viajar, compartir, ser mamá y sobretodo, amar y ser amada...
Agradecer cada sueño que me hace rogar a Dios que me siga regalando salud y vida para cumplirlos...
En fin, bastaron menos de 2 días para recordar que la vida pasa volando y que el tiempo no se detiene ni pasa en vano... Sin embargo, aunque "sólo sé que no sé nada", también hay que reconocerle a aquel jefe que tuve, que algo de razón tenía, las canas son más que simples pelos blancos...
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