miércoles, 13 de julio de 2016

Amor y elección de compañero para la vida...Juegos del Hambre



Quisiera poder comprar horas del día para trabajar y escribir, ya que traigo unos mil artículos en mente… 

Les cuento que el otro día vi, por fin, la última de JUEGOS DEL HAMBRE. Sé que hay muchas mamás atrasadas en películas, así que si la tienen en la lista de pendientes, mejor no lean esto ahora.

En lo personal, estas películas me encantaron y tienen mucho para reflexionar, pero quiero centrarme en una escena. Una de las últimas: cuando Peeta llega con Katniss, llevándole “primroses” y pues típico se besan e inician su vida juntos…  Y ¿saben qué?, realmente tengo una duda:

¿Con quién creías que se iba a quedar Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence)? 


O, ¿con quién querías que se quedara?


¿Con Peeta Mellark (Joshua Ryan Hutcherson) o Gale Hawthorne (Lian Hemsworth)? 




Y es más, independientemente de con quién,

¿cómo hubieras imaginado que sería la escena del reencuentro con cualquiera de los dos?

A ver, no sé si soy la única loca, pero al verla se me hizo una escena desaborida, sin chiste, sin acción y sin energía.  Independientemente de con quién se quedara, creo que la mayoría esperábamos una escena más digna de Hollywood, más dramática y más llena de pasión. Por segundos era inevitable pensar que tras tantos rollos, quedarse con Peeta resultaba “lo fácil”, “lo cómodo” y era “porque no le quedaba de otra”. Incluso, se prestaba para pensar que simplemente “se estaba conformando con él”, pero que el otro sería su amor platónico toda su vida, imposible, pero “el de verdad”… Entonces piensas: “si todo hubiera conspirado a su favor” y “si...” y “si…” ¿Y si se hubiera quedado con Gale? ¿Cómo hubiera sido su vida con él?...

Tras darle vueltas en la cabeza a cuestiones tan “elevadas” como la vida amorosa de Katniss Everdeen, me cayó el veinte:

¿Por qué esperamos que el amor sea mega pasional… como en las películas?


¿Por qué elegir como compañero/a para la vida 
al que te busca, al que lucha por ti, 
al que te elige y apuesta su vida por ti 
lo identificamos con conformarte?

¡Todos hemos tenido amores platónicos y hasta amores que se quedaron “inconclusos”! Y aquí entre nos, tal vez si somos honestos, alguna vez nos hemos preguntado lo mismo: ¿y si hubiera? ¿Si me hubiera casado con el otro? ¿Si hubiera hecho hasta lo imposible por conquistarlo? ¿Si las situaciones acaecidas hubieran sido diferentes?...

¿Pero sabes qué…? Te comparto mi conclusión: 

  • Las cosas fueron como fueron y por una u por otra razón, no se dio o no hicieron que se diera, ni uno, ni el otro.  Mientras que por una u otra razón, algo hicieron para que sí se diera con quien decidiste casarte.
  • Mejor recuerda por qué te enamoraste y no le abras la puerta a la infidelidad.  Recuerden su proyecto común inicial y reajústenlo a su realidad actual. Deja de atormentarte por un “si hubiera” que no existe y céntrate en tu presente que sí existe.
  • Recuerda que los amores “chickflicks” de Hollywood nos hacen soñar y a veces tener expectativas irreales de la vida y del amor. El amor presentado en las producciones de Hollywood, en general no reflejan el amor verdadero, sino un concepto falaz y reduccionista. Prometen felicidad sin compromiso e intentan compaginar el egoísmo y la soberbia con el amor, cuestión imposible en la vida real. Te venden que el destino y la suerte conspiran para lograr que seas feliz al estilo Disney, por siempre y para siempre, sin contarte que el principal ingrediente para que el amor funcione eres tú. Tú y las acciones que realizas libremente. Tú y la inteligencia y la voluntad que pones al amar, esto es en querer querer cada día, cada minuto y cada segundo…

Por tanto, la escena que en un primer momento me pareció "x" y aburrida, ahora creo que es bastante apegada a la realidad del amor, del amor verdadero, que normalmente no tiene efectos especiales, no hay ensayos ni repeticiones y no tiene porque ser súper rebuscado o complejo.

Tal vez muchos hemos tenido la oportunidad de vivir algunos momentos Hollywood y de magia Disney  en nuestro noviazgo y matrimonio. Sin embargo, sin excepción, todos hemos experimentado que el matrimonio es como una montaña rusa, donde a veces vas  arriba, a veces de bajada, otras de plano abajo y otras de subida... Lo increíble es que si por ambas partes, hay admiración, respeto, compromiso, proyecto común y no se bajan a la mitad del camino, luego pasa el tiempo y voltean… Y... ¡Ha valido la pena la zarandeada!… Aunque haya tenido escenas cero esperadas y "normales"…

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