miércoles, 7 de mayo de 2014

FROZEN Análisis 3: a nivel personal









Y finalmente y como nunca… Llego a la última parte de la reflexión y seré breve.  

Creo que todo análisis de la peli resulta en vano, si no nos aplicamos el cuento a nosotros. Si más allá de señalar hacia enfrente, no volteamos el dedo hacia uno mismo y nos preguntamos:


  • ¿Cuáles son mis “poderes”? ¿En qué son preciosos y en qué peligrosos?
  • ¿Cómo manejo los negros, grises y blancos de mí personalidad?
  • ¿Qué tan humilde soy para reconocer mi verdad, mi realidad; mis cualidades y defectos, mis aciertos y mis errores?
  • ¿Qué tan humilde soy para pedir/aceptar ayuda?
  • ¿Qué concepto tengo de la libertad y de la felicidad?
  • ¿Qué tan esclava/o soy de mis pasiones o de las presiones sociales?
  • ¿Qué entiendo por amor?
 
  • ¿Cuánto amo? ¿Con cuánto amor vivo y actúo?
 
  • ¿Quién quiero llegar a ser?
  • ¿Qué proyecto de vida tengo?


Las respuestas que demos a estas preguntas sí que determinarán nuestro actuar, porque es cierto que acabamos viviendo según lo que pensamos.

Por tanto, a través de varios personajes queda patente que: ni abusar del poder, ni cosificar a otros, ni ocultar nuestros defectos - carencias (o en positivo, nuestras áreas de oportunidad),  ni vivir dominado por nuestras pasiones y miedos, ni huir del mundo, son actuaciones adecuadas o propias de nuestra dignidad humana. De hecho, todas esas falsas salidas nos impiden o al menos, nos dificultan alcanzar la paz interior, la felicidad verdadera y nuestra plenitud personal.
 
Cuando hay tormenta en nuestro interior, causamos tempestad y congelamos todo a nuestro paso, aunque no seamos concientes del daño que provocamos. Además, frecuentemente se cae en justificar nuestro actuar a toda costa, buscando culpables de donde sea, para poder seguir creyéndonos seres divinos y perfectos, víctimas de todos y de todo cuanto sucede.

En fin, todos somos imperfectos y a todos nos ha tocado vivir situaciones duras, pero ninguna de estas nos predestina a la soledad, a la desvinculación, al fracaso, al abuso o al actuar éticamente incorrecto. Cada día tenemos una nueva oportunidad para tomar la rienda de nuestras vidas, ser responsables de nuestra existencia y dedicarnos a vivir humanamente como nos corresponde: amando de verdad, incondicionalmente y sin límites.


¡Sólo así, siendo mejores cada día y  amando, 

dejaremos de ser el monstruo que creemos ser o que creen que somos

y podremos sacar la mejor versión de nosotros mismos y de quienes nos rodean!

No hay comentarios:

Publicar un comentario