Les
comparto una carta que envié a los directores de un hospital privado,
porque verdaderamente fue ridículo e indignante el proceso de obtención de
datos e información durante el ingreso hospitalario previo a una cesárea de
urgencia por placenta previa. En la carta explico un poco los hechos:
México,
D.F., xx de xx de 2013
Estimados
Directores del xxx:
El
día viernes xx de xxx del presente tuve la oportunidad de conocer a xxx a quien
le comenté una inquietud. xxx me pidió enviarla por escrito para que pudiera ser
considerada por las personas responsables de ese tema en el xxxx, con el fin de dignificar y humanizar el servicio altamente
especializado y calificado que brindan.
La
situación es la siguiente: el día xx
acompañé a ingresar al Hospital xxx a xxx,
mientras su marido estaba regresando de xxx. Ese día se le tuvo que programar urgente
a las 20.00hrs una cesárea indicada por placenta previa. Llegamos alrededor de las 18.15 y a partir de
ahí, tuvo que dar sus datos y explicar su historia clínica ¡mínimo 4 veces! Además, yo también tuve que interrogarla para
rellenar los papeles de su ingreso y otros que me dieron poco antes de irme.
Me
parece que este sistema:
· En
primer lugar, muestra una falta de conciencia respecto a la dignidad del
paciente/cliente y muy poca consideración sobre su situación vulnerable en esos
momentos.
·
En
segundo lugar, cuenta con procedimientos burocráticos y anticuados, muy
alejados de lo que se esperaría de un hospital privado, vanguardista y tan reconocido
como el xxx.
Actualmente existen
gran variedad herramientas electrónicas que facilitan la captura de datos
personales e historia clínica de los pacientes en un único interrogatorio, que permiten ingresar datos con antelación,
generar diversos informes con información específica y hasta posibilitan que
sean firmados electrónicamente. Por tanto, los beneficios son evidentes,
tanto para el hospital y sus
colaboradores como para el paciente/cliente, ya que se simplificaría el
proceso, se reduciría el papeleo, se ahorraría tiempo y sobretodo, se mejoraría la calidad del servicio brindado,
con un trato más digno y humano al ser hospitalizado o estar previo a una
intervención.
En
fin, lo dejo a su consideración y agradezco de antemano sus atenciones.
Quedo
a su disposición para cualquier aclaración,
Luz
Ma Dollero
Y hasta
ahí la famosa carta enviada…
Ni de
lejos yo era la afectada directa, yo sólo iba de acompañante, pero es que ¡pónganse
en el lugar de mi amiga!
Imagínate
que tú eres la que llegas a cesárea urgente por placenta previa. Obvio sabes
que no es algo sencillo y que tanto tu vida como la de tu hijo corren un cierto
riesgo. Además, tu marido no está contigo porque salió de viaje de trabajo y apenas
viene de regreso, en camión, o sea que primero tiene que llegar a la terminal y
de ahí tomar el taxi al hospital. Tus otros partos han sido naturales y sin
complicaciones, querías que éste fuera otra vez psicoprofiláctico y en agua,
por tanto, psicológicamente te está costando mucho. Además, tuviste que dejar a
tus otros hijos y no se quedaron brincando de alegría de que su mamá se fuera
al hospital urgente. ¡Vaya panorama! Creo que algo nerviosa estarías y por más
fe que tuvieras, también tendrías un poco de miedo o pánico....
Bajo este panorama, llegas al
hospital y empieza el interrogatorio, con pausas, pero con repeticiones
infinitas: nombre, edad, dirección,
seguro, tipo de sangre, primera regla, fecha última de menstruación, embarazos
anteriores, partos, el actual embarazo, alergias, enfermedades en familiares y
hereditarias, etcétera, etcétera. Obviamente
tienen que saber todo eso si no, no lo preguntarían, no digo que no, pero por qué te lo preguntan 80 personas
distintas 80,000 veces!!!!!
- No mucho, pero algo te preguntan en urgencias donde llegas.
- Luego la señorita de ingreso te da unos papeles para que llenes y te hace unas preguntas.
- El enfermero o médico de guardia (no sé qué era) que empieza a llenar el expediente, entró con su tablita de madera, unas tres veces y cada vez, con formularios distintas pero con contenido repetitivo.Cabe señal que sentías que ni te pelaba y menos como persona, a lo mucho eras la del cuarto número 2 o la de placenta previa o la que hablaba mucho; pero ni tu nombre se sabía, te lo volvía a preguntar o lo decía mal, y obvio ya ni se diga algún otro dato repetitivo.
- La que va a venderte guardar el cordón umbilical
- El anestesista
- Y luego otra enfermera te da otro papel para que llenes
Bueno
pues, ahí está mi queja,
Es
increíble que en un hospital privado, cobrando lo que cobran, dejándote
totalmente “despelucado”, no cuenten con un
programa informático y sigan llenando formatos a mano, gastando tanto hojas de
papel como tu tiempo precioso y el suyo con procesos burocráticos.
Actualmente,
los avances tecnológicos te permitirían que
incluso optaras por empezar a meter tus datos desde la comodidad de tu hogar o hasta desde tu celular o tu ipad en un
Starbucks. Y si no puedes o no quieres
hacerlo con antelación, al llegar al hospital en el área de ingreso en vez de darte hojitas a llenar te podrían
asignar una computadora o un ipad (depende la “freses” que quiera manejar
el hospital) para ingresar tus datos. También sería necesario contar personal debidamente capacitado para apoyar a resolver
dudas o ayudar a personas que no pudieran o no supieran usar estos medios.
Entonces, al finalizar el vaciado de información, podrías revisarla y hasta podrías firmarla
electrónicamente o bien, si no se quiere ser tan ecologista, se podría
imprimir para que lo leyeras y lo
firmaras con tinta.
Así pues,
con toda-toda-toda, tu información ya
metida en la computadora, te ahorrías “visitas” de extraños en tu cuarto
(médico guardia, múltiples enfermeras, la del cordón, etc.) sólo se harían las
mínimas necesarias para respetar tu intimidad. A penas llegas y en menos de 10
minutos entran 3-4 personas y ninguno es ni tu ginecólogo ni el anestesista.
Otra ventaja sería que tanto el anestesista como el ginecólogo, antes de entrar
a tu cuarto, podrían imprimir y revisar el
informe que a cada uno le correspondiera o bajarlo en su ipad, con los
datos relevantes para cada uno y al llegar contigo podrían mantener una
conversación que no fuera tipo interrogatorio. Ahora bien, es importante
recalcar, que como sabes, estos programas permiten tener datos confidenciales,
datos compartidos y pueden generar informes específicos, así es que tu
información confidencial no se vería comprometida.
Definitivamente,
me parece tremendo que tú, estando en ese estado de vulnerabilidad en el que te
encuentras, tengas que soportar la incomodidad de tener metidos extraños y más
extraños interrogándote una y otra vez. Incluso, hay cuestiones de tu historia
clínica (abortos, enfermedades personales, hereditarias o padecimientos familiares)
que tal vez ni siquiera te guste estar repitiendo o recordando tanto en esos
momentos. Evidentemente sabes que los
tienes que contar, pero ¡con una vez es suficiente!
¿Qué onda con el derecho a la intimidad y el
respeto?
En fin, mientras
se deciden a implementar algún programa informático convendría que empezaran
por ¡comprar al menos unas grabadoras o que les dieran un curso de atención,
memoria y retención, para que al menos la misma persona no te pregunte lo mismo
en distintas ocasiones para llenar distintos papelitos! Por lo menos podrías
sentir que pone atención a lo que le dices y bueno el mínimo exigido: tu
nombre.
De
cualquier forma, más allá de lo molesto que resulten estos interrogatorios, contar
con procesos burocráticos y anticuados les
quita tiempo y concentración a las personas que trabajan en los hospitales.
No quiero generar una relación directa-obligatoria entre papeleo y errores
médicos, ya que ocurren por muchas otras causas, pero si pueden ser una de las causales.
En este caso, se cometió un grave
error que le podría haber costado la vida a mi amiga:
En
uno de los primeros interrogatorios le preguntaron su tipo de sangre, ella no estaba
segura. Sea por los nervios o por
lo que sea, no lo sabía con certeza, pero por suerte estás en el hospital y llegaste antes para que tuvieran
todo listo para la cirugía, así que solicitamos que le hicieran el análisis para determinarlo (total
un estudio más de sangre, ni más rica ni más pobre y ni pintaría en el cuentonón…).
Más
tarde volvieron con otro papelito y preguntaron nuevamente el tipo de sangre,
así que le recordamos al chico (médico
o enfermero, nunca supe su título nobiliario) que ya le habíamos pedido que le hicieran la prueba.
Al
final, iniciaron la cesárea, hubo unas complicaciones y mi amiga de golpe perdió
muchísima sangre. El doctor
pidió trasfusión y ¿qué creen? ¡No tenían el tipo de sangre!!!!!! Gracias a
Dios el doctor logró cauterizar….
No
afirmo que por el papeleo se les olvidó hacer la prueba, pero sí creo que si no
gastaran tanto tiempo en
interrogatorios repetitivos, el personal podría estar más concentrados.
Aprovechar las ventajas
informáticas, permite agilizar y simplificar procesos, reducir el consumo de
papel y el espacio para almacenarlo, ahorra tiempo para todos; permitiendo que el
personal sanitario esté más concentrado y enfocado a lo que es esencial en su
labor y que el paciente pueda estar más
tranquilo o al menos haciendo lo que cada uno quiera y pueda.
Además de
los procedimientos preoperatorios obligatorios, imagina todo lo que puedes
hacer en lugar de estar repitiendo tus datos e historia clínica: puedes hablar con tu marido o familiares,
hablar por teléfono con tus otros hijos, ver la tele, oír música, facebookear,
twittear, meditar, rezar o ¡rascarte la panza mientras contemplas la inmensidad
del cangrejo! Da igual lo que
decidas hacer, pero eso de parecer disco rayado creo que no es ni lo tuyo ni lo
mío y menos, estando a punto de ser operado.
Por
"dioscidencia" justo esa semana conocí a un directivo del grupo. Como
les conté, me dijo que reenviaría la carta a las personas encargadas, obviamente
no sé si realmente van a mandar mi carta, ni si la leerá el susodicho director
o si le hará click para enviarla directo a spam sin siquiera abrirla, o si
provocará un cambio; pero lo necesitaba hacer, creo que era lo correcto.
Como pacientes y como clientes
tenemos derecho a exigir un servicio de calidad, pero sobretodo, como personas,
tanto en la pública como en la privada, merecemos un trato digno y respetuoso.
Estoy convencida de que no podemos quedarnos
callados
ante sistemas y procesos
que no nos tratan como personas dignas.
Concuerdo, pero creo que si a tu amiga le parece bien tendrían que hacer público el nombre del establecimiento. Se puede hacer una buena campaña de promoción y conciencia en redes sociales. Solo hay que documentar todo adecuadamente.
ResponderEliminarHola Héctor! Pues ella se acaba de enterar que su caso está en las redes...jajaja de incógnita... Para la campaña y conciencia no creo que sea necesario el nombre, pero ya te contaré si al menos me contestan mi carta...
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