miércoles, 13 de febrero de 2013

Viajar con niños





Viajar en familia aunque literalmente sea un gasto, en realidad siempre es una inversión, que enriquece, fomenta el aprendizaje y desarrolla capacidades. Un viaje más allá de sacar de la rutina, enfrenta a situaciones novedosas constantemente, exigiendo flexibilidad, adaptación, comunicación, toma de decisiones y resolución de conflictos en terreno desconocido; permite abrir horizontes, romper paradigmas, conocer diversas formas de ser y hacer; alimenta la capacidad de asombro ante la riqueza y belleza humana, natural y cultural.
                Por todo lo anterior, no es de extrañar que algunas situaciones durante las vacaciones resulten estresantes y agotadoras. Así que para disfrutar un viaje con niños  es necesario  olvidarse un poco del tiempo, desconectarse al máximo de la tecnología esclavizante y de las obligaciones cotidianas, aceptar y reconocer los errores que se vayan cometiendo, practicar el respeto y la comunicación asertiva, y planear para que, dentro de lo desconocido y de la incertidumbre, se pueda aprovechar al máximo el tiempo con el menor caos posible.
                Ahora bien, entre más viajes, menos novatadas y sorpresas autoinflingidas y externas sufrirás, o sea que te vuelves más “pro”. Entonces, comienzas a ser más práctico, atinado, mejoras las técnicas para lidiar con procesos inevitables que van desde pasar por el detector de metales en menos de 5 segundos sin necesidad de “encuerarte” y usar 3 bandejitas para poner todos tus triques para no pitar, hasta cuestiones más complejas como lograr salir a tiempo (a la hora establecida) con maletas y niños.
                En fin, viajar con niños es un show, asúmelo y acéptalo. De hecho, a quien te observa, le ahorras un boleto para entretenerse en el circo. De pronto, ante sus ojos, una familia en cuestión de minutos le monta un espectáculo de malabarismo, de equilibrios, de amansar a las fieras y de  jugar con los changuitos. Definitivamente, viajar con niños es una prueba de resistencia, de capacidad de síntesis y de aplicar una buena dosis de justo y sano “valemadrismo”.
                Me explico, es una prueba de resistencia porque tanto padres como hijos quedan exhaustos de los viajes y pocas veces se regresa realmente descansado. Tanto adultos como niños se ven obligados a hacer esfuerzos y sacrificios, ya sea  respecto a las rutinas, a la comida, al descanso, al clima y a las comodidades acostumbradas. Por otra parte, la primera prueba de tu capacidad de síntesis queda patente cuando cumples la hazaña de hacer las maletas y organizar las actividades a realizar que exigen: priorizar, clasificar y ordenar. De hecho, aunque el vecino jure que saliste peor que gitano, y efectivamente lleves hasta el perico, ¡no sabe el gran logro que es traer todo lo necesario en tan poco espacio!
                Definitivamente, viajar ligero con niños es un ideal al cual aspirar pero una misión imposible, porque sabes perfectamente que el día que no llevas “x” justo lo necesitas y para cumplir la ley de Murphy, ni si quiera lo venden en donde estás, sea un pueblo o un país de primer mundo. Así que resulta imprescindible traer bloqueador, medicinas básicas (fiebre, piquetes, árnica, etc)  juguetes/actividades de entretenimiento, pañales, fórmula, gerbers, ropa suficiente y adecuada tanto para frío como para calor. P.e. Llevar chamarra o al menos sudadera a la playa no es ridículo, porque si no la llevas, seguro cae la tormenta que no había caído en dos años o el aire acondicionado de los lugares que visitas resulta estar más frío que un iglú en el Polo Norte.
                Finalmente, para disfrutar felizmente unas vacaciones y no sólo sobrevivir a ellas, debes tomarte tus dosis de “valemadrina”. Esto no implica que te despreocupes de todo ni que seas una irresponsable, pero sí que debes darte un respiro, bajarle a las exigencias, flexibilizar rutinas y normas; y tan sólo mantener lo verdaderamente esencial. No pretendas ir a tu ritmo de adulto y hacer todo lo que hacías cuando viajabas sin niños. Ajusta las expectativas del viaje a tu realidad actual, para no convertir las vacaciones en una pesadilla y poder disfrutar, conocer y crecer en lo personal y en familia.



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http://www.yoinfluyo.com/yi20/int-familia/principal-familia/3334-viaja-con-ninos-sin-que-te-pese 

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