domingo, 27 de enero de 2013

El cisne negro





¿A qué viene esta película en un blog de mamás???

Pues a mi parecer si viene al caso. Obviamente no voy a entrar en analizar psiquiátricamente a Nina (Natalie Portman). La película está muy dura y habrá a quien no le guste, pero a mí me encantó y no exactamente para hablar de lo pesada y manipuladora que era su madre, aunque realmente ojalá y nunca seamos así de asfixiantes con nuestros hijos.

Quedé fascinada con la idea de que una misma bailarina debía ser capaz de interpretar tanto al cisne blanco como al cisne negro y no pude sino pensar en nosotras las mamás;  mujeres, esposas, hijas, nietas, amigas y profesionistas. Creo definitivamente que es así. Tenemos que ser capaces de ser cisnes blancos y negros, en algunas circunstancias siendo más uno que otro y en otras, al mismo tiempo los dos y con la misma intensidad o distintas.

Limitándome a nuestro ser maternal, ejercemos de cisne blanco cuando buscamos ser la mejor mamá, al menos para nuestros hijos. Por eso, somos tan autoexigentes, queremos interpretar nuestro rol a la perfección, intentamos formarnos, hacerlo lo mejor posible, autocorregirnos y mejorar constantemente, porque queremos darles lo mejor de nosotras mismas. Sin embargo, hay que tener cuidado porque si nos quedamos siendo cisnes blancos, podemos perdernos de actuar muchos otros papeles y de vivir los que ya tenemos sin pasión. Asimismo, podemos morir en el intento y matarnos, como Nina,  a nosotras mismas, ya que nadie es perfecto y súper-mamá no existe ni existirá.

Definitivamente, los hijos a veces parecen robarnos la poca o mucha sensualidad que teníamos, pero ahí está dentro, sólo tienes que rescatarla y dejarla salir de tu interior. Por el bien de nosotras mismas, de nuestra relación con nuestra pareja y con nuestros hijos, necesitamos sacar al cisne negro que  llevamos dentro. Todos nuestros “papeles” requieren que vivamos con pasión aunque cometamos errores y  aunque no lo creas, nuestros hijos también necesitan ser formados por el cisne negro, imperfecto, apasionado y seductor.

Por otro lado, un punto que me parece fundamental y aplicable es el temor a ser sustituida. Olvídate y no gastes el tiempo en tonterías, para triunfar necesitas ser tú misma, ser coherente, auténtica e imperfecta. Sé mujer, madre de tus hijos, esposa de tu marido y profesionista, no intentes ser quien no eres y no temas. Deja fluir tu potencial, nadie te sustituirá ni cuando lleguen los novios/novias. No compitas con nadie por el cariño de tus hijos porque entonces sí perderás tu lugar... ¡Tú ámalos a tope y basta!

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