viernes, 12 de octubre de 2012

¿Por qué, por qué, por qué?






Y que pasando los 2 años de golpe entra la etapa del por qué…

Nunca te habías cuestionado una cosa tantas veces. Definitivamente cualquier tema o frase a la que se le aplican más de 6 por qués  seguidos te deja muda. Llega el punto en que aunque fueras atea, la única respuesta correcta es “porque así lo quiso Dios”.

Lo importantes es que estés convencida de que ¡tú hijo no te está tomando el pelo, ni probándote! En primer lugar, está experimentando el poder de la pregunta y en segundo lugar, está descubriendo el mundo y es su forma de investigar y conocer.

Si bien cada familia y cada niño son únicos,  te comparto algunas sugerencias para esta etapa:

·         Paciencia

Bajo advertencia no hay engaño, y qué mejor que estar bien enterado de que tarde o temprano, llegará esta etapa en la que el chiquitín parecerá disco rayado preguntando el  por qué de todo, especialmente de cosas respecto a las cuales a lo mucho puedes responder tres por qués consecutivos. Sabiendo esto, es importante tomar en cuenta que tendrás que ser paciente porque no sólo preguntan cuando estás relajado y sin quehacer, noooooooo, también en el momento en que estás más liada, complicada y cansada. Así que, como decían en la tele, cuenta hasta 10 y respira para dar tu mejor respuesta acompañada de una buena sonrisa.


·         Disfruta esta etapa, aprovechen para reír juntos y para desarrollar tu creatividad y la de tu hijo.

o   Tómalo en serio, no te burles ni lo ignores.

Estas primeras “conversaciones” con tu hijo siguen sembrando los cimientos para una  futura comunicación eficaz y una relación basada en la confianza.

o   Da respuestas concretas y sencillas, de acuerdo a su edad.

o   Devuélvele la pregunta algunas veces

Ante una pregunta repetitiva cuya respuesta conoce tu hijo, incítalo a pensar y a que él dé la respuesta: “A ver, tú dime por qué…”, “qué fue lo que te expliqué…”


·         También resulta una oportunidad única para que tu hijo te admire y a la vez, te sorprenda

o   Por un lado le ayudas a sentirse seguro a tu lado, ya que ve que sabes “mucho” (aunque tú sepas que sólo sabes que no sabes nada…) y ayudas a aprender. ¡Vaya!, que si por él fuera, te daría el Premio Nobel, el Oscar, el Grammy y cualquier otro premio.

o   Asimismo, también sirve para que él aprenda que nadie sabe todo (sí… ni si quiera tú, súper mamá/papá). De verdad, no quieras saberlo todo, no te preocupes si te quedas sin respuesta, está bien reconocer: “no sé, si quieres lo investigamos o le preguntamos a…”.

o   Y en consecuencia, también puedes aprovechar para sorprenderte y admirar a tu hijo con sus respuestas y ocurrencias. Cuando no sepas qué contestar pregúntale: “tú qué piensas…”


¡Realmente es increíble ver el desarrollo cognitivo que alcanzan los niños en tan sólo dos años!

Está probado que estos años son fundamentales así que aprovechen cada segundo…


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