lunes, 22 de octubre de 2012

Mamás imperfectas con vidas imperfectas, y felices





Mamás, la vida no es fácil y la vida perfecta no existe… más que en las fotos. Siempre he  creído que las fotos son como actos de magia, donde lo que se ve es pura ilusión óptica, enseñan lo que queremos que se vea y permanezca. Apreciamos, sonrisas, paseos, diversión y momentos de gloria que  reflejan lo mejor de nuestras vidas. Mientras que, generalmente, las lágrimas, el esfuerzo, la tristeza, el dolor, el aburrimiento, la frustración y los sacrificios no están retratados.

Las fotos hacen parecer a algunos seres humanos, o tal vez a ti mismo, como seres con vidas perfectas que  viven prácticamente un paraíso envidiable.  Sin embargo, tras esa aparente línea del tiempo facebookera “perfecta” (mentira inhumana), cuando conoces a las personas y sus historias “perfectamente imperfectas” más de una vez aterrizas en la tierra y abrazas tu vida. Esa familia que viajaba incesantemente a EUA no era para ver a Mickey únicamente, sino que llevan a tratamiento a su hijo enfermo. O aquellos cuyos álbumes de fotos son envidiables tanto en número como en lugares preciosos visitados, ya que viajan más que los reporteros del  National Geographic, pero no consiguen tener hijos, se acaban de divorciar, les acaban de detectar alguna enfermedad o se encuentran en un broncón económico.

Hay multitud de historias duras y hasta trágicas… En fin, no vale ni la pena describir el montón de situaciones difíciles e imperfectas que viven las familias tras las fotos perfectas. Vaya, que Facebook está muy lejos de ser el reflejo del alma y situación familiar, biológica, social, económica y espiritual de las personas.  

Y bueno todo este rollo, viene para decirte que aprendas a ver lo bueno y a disfrutar tu vida, ofrece los momentos duros por los demás y búscales sentido. Participa activamente en el desarrollo de tus hijos y sorpréndete con lo rápido que aprenden y crecen, así como con sus ocurrencias. No esperes a no tener salud o a no tenerlos cerca para quererlos abrazar, besar y apapacharlos. Si siempre que te piden que vayas con ellos tienes algo más importante que hacer y nunca tienes tiempo para ellos, no te asombres que cuando crezcan tu relación y comunicación con ellos sea nula y que ellos tampoco tengan tiempo para ti.

Es importante centrarse en todo lo que sí se tiene porque si no, empiezas a escribir un dramón de telenovela barata y se te hace la costumbre de sólo ver lo negativo. Entonces, cualquiera resulta deprimida y frustrada, tanto la que trabaja fuera de casa y deja a los niños en la guardería, como la mamá full time o la que trabaja fuera de casa a tiempo parcial y también  la que hace home office.

En caso de que estés de bajada por la montaña rusa de la vida o incluso, por la parte más baja, aunque ahora no lo parezca, recuerda que siempre tras la tormenta llega la calma. Y tras un trago amargo de la vida pasa el tiempo, miras para atrás y descubres, (si lo viviste bien)  que maduraste y que de una u otra forma tuvo un sentido esencial en tu vida. Es un hecho que nunca se tiene todo en la vida, siempre falta algo e incluso, en ocasiones suceden desgracias incomprensibles que nos exigen sacar lo mejor de nosotras mismas, dar más del 100% y seguir adelante sin perder la esperanza.

Así que asúmelo, todas, sin importar las fotos que colguemos, somos parte del mismo club:

Mamás perfectamente imperfectas con vidas perfectamente imperfectas.

Sólo que el club tiene dos versiones y te toca escoger en cuál te afilias, en el de las: infelices o felices. Creo que está por demás recomendar el de:

Mamás perfectamente imperfectas con vidas perfectamente imperfectas
y con todo y eso, o por eso:
felices y agradecidas.

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