La llegada de un hermano es un
evento muy importante que cambia totalmente la vida de los hijos. Cada uno nace
con sus “cadaunadas” y la familia atraviesa circunstancias distintas con cada hijo, por lo que no existe un
instructivo universal. Sin embargo, hay ideas que pueden servirte y pautas que
pueden ayudarte a inventarte las tuyas
propias, topicalizadas, según la personalidad, historia y necesidades, tuyas,
de tus hijos, marido y familiares.
1. EMBARAZO: PREPARAR AL O A LOS HERMANOS
MAYORES
Es fundamental
que tengas en cuenta que el “hermanito” no aparece el día que nace, desde el
momento de la concepción hasta el nacimiento, lleva ya bastantes meses de
existencia. Así que procura ir explicando al hermano mayor qué significa eso de
“tendrás un bebé”, “tengo un bebé en la panza”, para que no le caiga de sopetón
y esté, dentro de sus posibilidades, preparado.
a.
No
subestimes nunca a tu hijo, te sorprenderá su capacidad de comprender y
asimilar, cuestiones complejas como esta. Obviamente, tendrás que dar
explicaciones según su edad y su desarrollo, pero siempre con la verdad por delante, creo que está por demás decir
que te olvides de la cigüeña de París. Asimismo, toma en cuenta que los
pequeños no tienen una clara concepción del tiempo, un día sin verte ya es una
eternidad, así que nueve meses ni te cuento…
b. Utiliza palabras sencillas e ideas
concretas, sé realista, evita crear falsas ilusiones y aprovecha situaciones
cotidianas para que se sienta incluido y comience a asimilar la nueva situación.
i.
Es común escuchar que se le explica al niño: ¡qué emoción, tendrás un hermanito para
jugar! Y me pregunto, ¿tendrá un
hermanito para jugar desde el principio? ¿Qué entiende tu hijo por jugar? Dudo
que ser súper dependiente, comer, dormir y llorar, sea lo que tu hijo entienda
por jugar. Así que si bien, llegará el
día en que juegue con él, será mejor y más útil que sepa que cuando nazca su
hermanito: comerá sólo leche (de mamá o
de biberón), dormirá, llorará y habrá que cuidarlo mucho para que crezca, se
ponga fuerte y entonces sí, le pueda ir enseñando todo (a platicar, a cantar, a
voltearse, a sentarse, a gatear, a
caminar, a comer y a jugar…).
ii.
Puedes utilizar material de apoyo y fomentar
planes adecuados:
1.
Existen
libros con cuentos que explican la llegada de un hermanito que podrías
comprar en librerías.
2.
Puedes enseñarle fotos y videos de cuando él, tú y
su papá eran bebés. Cuéntale cómo era de bebé.
3.
Cuando
conviva con amiguitos que tienen hermanitos grandes o pequeños, resalta y
explica el tema “hermanos” para que vaya relacionado y formándose un concepto.
En caso de haber bebés en su entorno, será muy útil para que le digas “gráficamente”:
mira así será tu hermanito, hará lo
mismo, etc.
iii.
Hazlo
partícipe / que te acompañe:
1.
Pon su manita cuando se mueva el bebé para que
vaya sintiéndolo.
2.
Fomentar que le platique, le cante y le “enseñe”
sus juguetes.
3.
Puedes llevarlo al ginecólogo, ahí le podrán enseñar
al bebé en “la tele”, cuando te hagan el ultrasonido.
4.
Invítalo a comprar y a preparar las cosas del bebé.
Déjale escoger.
5.
Explícale cuestiones básicas como: dónde dormirá el bebé, qué comerá y cómo,
etc. Cuando sea el momento podrá
encuadrar la información recibida previamente con la realidad y se sentirá más
seguro de saber, un poco, a lo que se enfrenta. Claro que ni la mejor
explicación se comparará con la realidad...
2. PARTO: EXPLÍCALE AL O A LOS HERMANOS
MAYORES LO QUE VA A PASAR Y CUANDO LLEGUE EL MOMENTO COMUNÍCASELOS, INTENTA NO
DESAPARECER SIMPLEMENTE.
Es primordial
que de acuerdo a su edad, a la concepción que el niño tenga de los doctores y
hospitales, le expliques dónde estarás para que nazca su hermanito. Depende la
edad de los otros hijos será importante recalcar que estarán en el hospital,
pero que no estás enferma y que estarán bien los dos. Asimismo, él debe saber
con quién se quedará y que irá a visitarte el/los días que estés en el hospital.
Se recomienda que tengas preparado un
regalo para darle de parte del bebé cuando vaya a conocerlo y viceversa, que
él le lleve algo que le haya escogido al bebé.
3. EN CASA
Definitivamente
la logística se complica, pero conforme
pasan los días vas dominando la situación y hasta te sientes orgullosa de ti
misma, cuando logras salir de casa al gimnasio aun dando pecho; o bien,
consigues arreglártelas para ir a algún compromiso con los dos sola sin ayuda
alguna; o simplemente, terminas un día consiguiendo que ambos puedan
seguir sus respectivas rutinas sin solaparse, sin contratiempos graves y hasta
te queda tiempo para hacer algo que te
guste porque duermen tranquilamente… Sea pintarte las uñas, leer, ver una peli,
escribir o rascarte la panza...
Con
el hijo mayor:
a.
Evita un
error muy común: comentar públicamente las conductas negativas de tu hijo mayor
y achacarlas a celos del bebé. Si bien para el hijo mayor es duro perder la
atención total, muchas conductas son propias de la edad, con o sin hermano. Algunas
otras, evidentemente buscan captar la atención, pero el niño no lo hace por
celos, ni si quiera comprende esa conceptualización adulta.
Es muy frecuente que uno mismo o la
gente que viene de visita empiece a tachar cualquier comportamiento negativo como
resultado directo de los “celos”. Cabe señalar que los niños captan todo, así
que debes ser la primera en darle la vuelta a la situación y responder a la
pregunta: ¿Qué tal va con los celos? o
¿Cómo lleva lo del hermanito? Tú segura y con tono de voz alto, para que lo
oiga el susodicho: está muy contento con
su hermanito, me ayuda a cuidarlo súper bien, le da besos, etc.
Acostúmbrate
a contar lo bueno e Intenta erradicar la etiqueta de “celos”, para reforzar las
conductas positivas y en caso, de que quieras comentar algo negativo¸
sobretodo, asegúrate de hacerlo cuando no esté presente y que no se convierta
en un hábito el criticar y etiquetar a tu hijo.
b. Inclúyelo y felicítalo.
i.
Busca que te ayude a cuidar a su hermanito: a
cambiarlo, a tirar el pañal en el bote de la basura, a pasarte cosas, a
enseñarle sus juguetes, a cantarle y hacerle ejercicios de estimulación.
ii.
Reserva
tiempo a solas con tu hijo mayor para jugar, pasear, tomar una clase de
natación “mamá y yo” o de estimulación, etc.
iii.
No rechaces todas sus peticiones de cargarlo, es
común que sufran regresiones. En el caso de que pida constantemente brazos, en
especial cuando estás con el pequeño, en vez de responder, no o no puedo, puede ser útil, decirle: sí, claro ahora te cargo, espérame que termine, me encanta cargarte y
apapacharte. Y de verdad cuando acabes, cárgalo tantito aunque se le haya
olvidado. Eso sí, cuando te lo pida y no estés ocupada con el pequeño, aunque
sea dos segundos, cárgalo sin hacerlo esperar.
Favorece una sana relación entre hermanos:
a.
Crea buen
ambiente.
i.
Insisto en la importancia del establecimiento de
una comunicación asertiva y positiva no sólo para reforzar conductas
buenas, sino para fortalecer su autoestima. En consecuencia, como ya se dijo, deberías
hacerte el hábito de no criticar a tus hijos con los demás, ni contar lo “mal”
que se portan, y si lo haces, nunca
enfrente de los hermanos, ya que estarás favoreciendo rivalidades y
denigraciones entre ellos. Además, recuerda que los niños son como esponjas y
aprenden de tu ejemplo.
ii.
Benefíciense de la riqueza de tener hermanos
para formar valores y virtudes de manera
natural: generosidad – compartir, solidaridad, honestidad, respeto,
responsabilidad, etc.
iii.
Aprovecha situaciones para darles connotaciones positivas, tanto de actos
como actitudes del bebé al mayor y viceversa. A continuación, menciono
algunas del bebé hacia el mayor que facilitan que éste último le tome cariño.
1.
Basta que acerques al bebé al cachete de su
hermano mayor para que el pequeño abra la boca y le dé una buena babeada al
hermano, tú dile al mayor que es un beso especial de bebé para decirle que
lo quiere mucho… Verás que luego querrá que le dé más “besos”.
2.
El bebé no controla sus movimientos y de pronto
le “pegará” o le “jalará el pelo” al mayor; olvídate de esos verbos:
a.
Explícale
que le está haciendo cariñitos
porque lo quiere mucho, pero no sabe controlar bien sus manitas.
b. Cuando
el bebé ve a su hermano y se empieza a mover, dile que es que se pone feliz de verlo y
estar con él.
3. Cuando
empiece a balbucear, tú dile al mayor
que el bebé le está platicando. Ponle palabras de vez en cuando
a los soniditos: dice que estás
muy guapo, que te quiere mucho, que está feliz de ser tu hermano, que gracias por enseñarle tus juguetes, que
gracias por cuidarlo tan bien, etc.
4.
También puedes decirle que el bebé “quiere”
darle de comer al mayor o quiere “ayudar” a sacar sus cosas o a “pasarle” sus
juguetes (basta que le acerques a su mano el tenedor o la cosa en cuestión para que el bebé haga
prensión y lo tome, entonces tú le ayudas a sostenerlo y a realizar la
actividad). Igualmente, el bebé “le echa
porras” a su hermano si logra hacer alguna actividad como avisar para ir al
baño, comer solo, etc.
iv.
Dale
su lugar a cada uno, aunque estés agotada
Obviamente el recién nacido requiere atención y
cuidados especiales, pero cuida de no
“abandonar” a ninguno de los dos ni de exigirle
al mayor que sea lo que no es, “grande” (esperando un comportamiento de
adulto).
En fin, usa tu creatividad
y sobretodo una comunicación
asertiva
para favorecer que, desde
pequeños,
establezcan una relación sana
entre hermanos.
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