viernes, 14 de septiembre de 2012

Hermanos 2: favorecer una sana relación





La llegada de un hermano es un evento muy importante que cambia totalmente la vida de los hijos. Cada uno nace con sus “cadaunadas” y la familia atraviesa circunstancias distintas  con cada hijo, por lo que no existe un instructivo universal. Sin embargo, hay ideas que pueden servirte y pautas que pueden ayudarte a inventarte las tuyas propias, topicalizadas, según la  personalidad, historia y necesidades, tuyas, de tus hijos, marido y familiares.

1.       EMBARAZO: PREPARAR AL O A LOS HERMANOS MAYORES

Es fundamental que tengas en cuenta que el “hermanito” no aparece el día que nace, desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, lleva ya bastantes meses de existencia. Así que procura ir explicando al hermano mayor qué significa eso de “tendrás un bebé”, “tengo un bebé en la panza”, para que no le caiga de sopetón y esté, dentro de sus posibilidades,  preparado.

a.       No subestimes nunca a tu hijo, te sorprenderá su capacidad de comprender y asimilar, cuestiones complejas como esta. Obviamente, tendrás que dar explicaciones según su edad y su desarrollo, pero siempre con la verdad por delante, creo que está por demás decir que te olvides de la cigüeña de París. Asimismo, toma en cuenta que los pequeños no tienen una clara concepción del tiempo, un día sin verte ya es una eternidad, así que nueve meses ni te cuento…

b.      Utiliza palabras sencillas e ideas concretas, sé realista, evita crear falsas ilusiones y aprovecha situaciones cotidianas para que se sienta incluido y comience a asimilar la nueva situación.

                                                               i.      Es común escuchar que se le explica al niño: ¡qué emoción, tendrás un hermanito para jugar!  Y me pregunto, ¿tendrá un hermanito para jugar desde el principio? ¿Qué entiende tu hijo por jugar? Dudo que ser súper dependiente, comer, dormir y llorar, sea lo que tu hijo entienda por jugar. Así que  si bien, llegará el día en que juegue con él, será mejor y más útil que sepa que cuando nazca su hermanito: comerá sólo leche (de mamá o de biberón), dormirá, llorará y habrá que cuidarlo mucho para que crezca, se ponga fuerte y entonces sí, le pueda ir enseñando todo (a platicar, a cantar, a voltearse,  a sentarse, a gatear, a caminar, a comer y a jugar…).

                                                             ii.      Puedes utilizar material de apoyo y fomentar planes adecuados:

1.       Existen libros con cuentos que explican la llegada de un hermanito que podrías comprar en librerías.

2.       Puedes enseñarle fotos y videos de cuando él, tú y  su papá eran bebés. Cuéntale cómo era de bebé.

3.       Cuando conviva con amiguitos que tienen hermanitos grandes o pequeños, resalta y explica el tema “hermanos” para que vaya relacionado y formándose un concepto. En caso de haber bebés en su entorno, será muy útil para que le digas “gráficamente”: mira así será tu hermanito, hará lo mismo, etc.

                                                            iii.      Hazlo partícipe / que te acompañe:

1.       Pon su manita cuando se mueva el bebé para que vaya sintiéndolo.

2.       Fomentar que le platique, le cante y le “enseñe” sus juguetes.

3.       Puedes llevarlo al ginecólogo, ahí le podrán enseñar al bebé en “la tele”, cuando te hagan el ultrasonido.

4.       Invítalo a comprar y a preparar las cosas del bebé. Déjale escoger.

5.       Explícale cuestiones básicas como: dónde dormirá el bebé, qué comerá y cómo, etc.  Cuando sea el momento podrá encuadrar la información recibida previamente con la realidad y se sentirá más seguro de saber, un poco, a lo que se enfrenta. Claro que ni la mejor explicación se comparará con la realidad...


2.       PARTO: EXPLÍCALE AL O A LOS HERMANOS MAYORES LO QUE VA A PASAR Y CUANDO LLEGUE EL MOMENTO COMUNÍCASELOS, INTENTA NO DESAPARECER SIMPLEMENTE.

Es primordial que de acuerdo a su edad, a la concepción que el niño tenga de los doctores y hospitales, le expliques dónde estarás para que nazca su hermanito. Depende la edad de los otros hijos será importante recalcar que estarán en el hospital, pero que no estás enferma y que estarán bien los dos. Asimismo, él debe saber con quién se quedará y que irá a visitarte el/los días que estés en el hospital. Se recomienda que tengas preparado un regalo para darle de parte del bebé cuando vaya a conocerlo y viceversa, que él le lleve algo que le haya escogido al bebé.


3.       EN CASA

Definitivamente la logística se complica, pero conforme pasan los días vas dominando la situación y hasta te sientes orgullosa de ti misma, cuando logras salir de casa al gimnasio aun dando pecho; o bien, consigues arreglártelas para ir a algún compromiso con los dos sola sin ayuda alguna; o  simplemente,  terminas un día consiguiendo que ambos puedan seguir sus respectivas rutinas sin solaparse, sin contratiempos graves y hasta te queda tiempo para hacer algo que  te guste porque duermen tranquilamente… Sea pintarte las uñas, leer, ver una peli, escribir o rascarte la panza...

Con el hijo mayor:

a.       Evita un error muy común: comentar públicamente las conductas negativas de tu hijo mayor y achacarlas a celos del bebé. Si bien para el hijo mayor es duro perder la atención total, muchas conductas son propias de la edad, con o sin hermano. Algunas otras, evidentemente buscan captar la atención, pero el niño no lo hace por celos, ni si quiera comprende esa conceptualización adulta.
Es muy frecuente que uno mismo o la gente que viene de visita empiece a tachar cualquier comportamiento negativo como resultado directo de los “celos”. Cabe señalar que los niños captan todo, así que debes ser la primera en darle la vuelta a la situación y responder a la pregunta: ¿Qué tal va con los celos? o ¿Cómo lleva lo del hermanito? Tú segura y con tono de voz alto, para que lo oiga el susodicho: está muy contento con su hermanito, me ayuda a cuidarlo súper bien, le da besos, etc.
 Acostúmbrate a contar lo bueno e Intenta erradicar la etiqueta de “celos”, para reforzar las conductas positivas y en caso, de que quieras comentar algo negativo¸ sobretodo, asegúrate de hacerlo cuando no esté presente y que no se convierta en un hábito el criticar y etiquetar a tu hijo.

b.      Inclúyelo y felicítalo.

                                                               i.      Busca que te ayude a cuidar a su hermanito: a cambiarlo, a tirar el pañal en el bote de la basura, a pasarte cosas, a enseñarle sus juguetes, a cantarle y hacerle ejercicios de estimulación.

                                                             ii.      Reserva tiempo a solas con tu hijo mayor para jugar, pasear, tomar una clase de natación “mamá y yo” o de estimulación, etc.

                                                            iii.      No rechaces todas sus peticiones de cargarlo, es común que sufran regresiones. En el caso de que pida constantemente brazos, en especial cuando estás con el pequeño, en vez de responder, no o no puedo, puede ser útil, decirle: sí, claro ahora te cargo, espérame que termine, me encanta cargarte y apapacharte. Y de verdad cuando acabes, cárgalo tantito aunque se le haya olvidado. Eso sí, cuando te lo pida y no estés ocupada con el pequeño, aunque sea dos segundos, cárgalo sin hacerlo  esperar.


Favorece una sana relación entre hermanos:

a.       Crea buen ambiente.

                                                               i.            Insisto en la importancia del establecimiento de una comunicación asertiva y  positiva no sólo para reforzar conductas buenas, sino para fortalecer su autoestima. En consecuencia, como ya se dijo, deberías hacerte el hábito de no criticar a tus hijos con los demás, ni contar lo “mal” que se portan, y  si lo haces, nunca enfrente de los hermanos, ya que estarás favoreciendo rivalidades y denigraciones entre ellos. Además, recuerda que los niños son como esponjas y aprenden de tu ejemplo.

                                                             ii.            Benefíciense de la riqueza de tener hermanos para formar valores y virtudes de manera natural: generosidad – compartir, solidaridad, honestidad, respeto, responsabilidad, etc.

                                                            iii.            Aprovecha situaciones para darles connotaciones positivas, tanto de actos como actitudes del bebé al mayor y viceversa. A continuación, menciono algunas del bebé hacia el mayor que facilitan que éste último le tome cariño.

1.       Basta que acerques al bebé al cachete de su hermano mayor para que el pequeño abra la boca y le dé una buena babeada al hermano, tú dile al mayor que es un beso especial de bebé para decirle que lo quiere mucho… Verás que luego querrá que le dé más “besos”.

2.       El bebé no controla sus movimientos y de pronto le “pegará” o le “jalará el pelo” al mayor; olvídate de esos verbos:

a.        Explícale que le está haciendo cariñitos porque lo quiere mucho, pero no sabe controlar bien sus manitas.

b.      Cuando el bebé ve a su hermano y se empieza a mover, dile que es que se pone feliz de verlo y estar con él.

3.       Cuando empiece a balbucear, tú dile al mayor que el bebé le está platicando. Ponle palabras de vez en cuando a los soniditos: dice que estás muy guapo, que te quiere mucho, que está feliz de ser tu hermano, que  gracias por enseñarle tus juguetes, que gracias por cuidarlo tan bien, etc.

4.       También puedes decirle que el bebé “quiere” darle de comer al mayor o quiere “ayudar” a sacar sus cosas o a “pasarle” sus juguetes (basta que le acerques a su mano el tenedor o  la cosa en cuestión para que el bebé haga prensión y lo tome, entonces tú le ayudas a sostenerlo y a realizar la actividad).  Igualmente, el bebé “le echa porras” a su hermano si logra hacer alguna actividad como avisar para ir al baño, comer solo, etc.

                                                           iv.            Dale su lugar a cada uno, aunque estés agotada

Obviamente el recién nacido requiere atención y cuidados especiales, pero cuida de no “abandonar”  a ninguno de los dos ni de exigirle al mayor que sea lo que no es, “grande” (esperando un comportamiento de adulto).



En fin, usa tu creatividad
y sobretodo una comunicación asertiva
para favorecer que, desde pequeños,
establezcan una relación sana entre hermanos.

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