Parece una obviedad, pero creo que no está por demás insistir en que los niños oyen más que las paredes,
perciben más de lo que imaginamos y son más listos de lo que a veces creemos.
Sin embargo, no toda información es apropiada
para ellos, ya que además, en ocasiones no logran comprenderla, la
malinterpretan y ni si quiera aclaramos dudas o corroboramos lo percibido porque
pensamos que “no estaban escuchando”. Es curioso, porque parece que tienen una atención y retención selectiva para lo que no
deberían o no les corresponde escuchar:
- Groserías, comentarios despectivos y críticas
En realidad
deberíamos erradicar todo esto de nuestra vida, ya que no dejan nada bueno ni
para uno ni para los demás.
Ahora bien, no es
raro que te pasara que vas al súper con en el coche con una amiga, ella se va a
estacionar, una señora le dice que va a salir así que se espera. La señora se
tarda, se tarda y de repente, en lugar de decir que no saldría, se da la vuelta
por enfrente de su coche y se va caminando… Así que a tu amiga le sale del
corazón: “ay esta vieja…”, no puede terminar de adjetivar porque ya tu hijo de
2 años que según esto, iba entretenido con su juguete está repitiendo sin
cesar: “ay vieja, ay vieja, ay vieja…” Parece chistoso, pero ¿qué está aprendiendo el
niño?
Y esto es leve, pero creo que conviene reflexionar sobre este punto más allá de nuestras palabras y centrarnos en nuestras actitudes, comportamientos y estilos de vida. A continuación les dejo este link a un video muy ilustrativo:
- Temas complejos de la vida
De pronto llega un amigo de
visita a casa sin su esposa, que por cierto a tu hijo de 2 años le cae muy bien
esta pareja porque juegan con él y le traen sorpresas. Llega justo cuando le
estás dando de cenar a tu hijo, así que tu esposo también se viene y ahí, el
amigo explica un rollazo de vida sobre la exmujer e hija, medio en clave porque
tu hijo anda por ahí. Todo pareciera indicar que el niño ni se enteró, cenó
bien mientras cantaba y jugaba. Al día siguiente, le pregunta su abuelita:
“¿quién te vino a ver ayer?” El niño:
“Fulanito, pero su hija no vino, se quedó con su mamá”. Whattttttt?????? Si
para ella tus amigos no tienen hijos y de hecho, ¡él no había podido ver a su
hija desde hacía siglos!!!
En fin, no hace falta enlistar
la temática, situaciones difíciles, culebrones y desgracias que conocemos que
suceden. Además, resulta imposible hacer una lista porque cada quien y cada
pareja decide qué sí y qué no deben escuchar sus hijos y hasta cuándo. Cabe señalar que con el tiempo, nuestros hijos
estarán enterados de “todo y más” o incluso, tendrán que aprender a vivir con
circunstancias complejas e indeseables, ya que de una u otra forma son parte de
nuestras vidas, no todo es color de rosa.
Ahora bien, hay asuntos de los
que, prácticamente nunca, tienen que saber detalles sea porque forman parte de
lo íntimo de uno mismo o de la pareja o porque no es prudente y necesario que
los conozcan.
Así pues, tomando
en cuenta nuestros valores, la edad y
personalidad del niño, el posible impacto y consecuencias de saber esa
información, lo importante es aplicar la
ley de la gradualidad, cuidar las formas y el fondo, al irlos adentrando en el
“lado oscuro” de la vida y especialmente, verificar lo que entendieron,
percibieron o interpretaron.
- Chocoaventuras negativas de nuestros “angelitos” o de otros o que pueden producir un efecto adverso y comentarios sobre ellos
Si estás contando, aunque no te rías,
que el primito pintó la pared de la sala cual artista de arte abstracto, le
estarás proporcionando grandes ideas a tu hijo para divertirse o llamar tu
atención. O bien si él fue el artista, hasta podría confundirse y pensar que
eso de pintar paredes te hace famoso porque no dejan de hablar de sus hazañas. Los niños son bastante creativos como para
que les demos ideas o reforcemos acciones negativas.
Es típico que tú ya batallas
enseñándole que no se pega para que justo tu amiga te cuente muerta de risa que
su hijo en un berrinche se agarró a manotazos con otro niño, o que por nada del
mundo come pescado ni verduras y que las escupe, etc. No te preocupes, tu hijo toma nota de lo escuchado y aunque no
repita exactamente igual la conducta, le encontrará una aplicación adecuada a
lo percibido.
El aprendizaje por imitación (visto, escuchado o imaginado) es
increíble, es una gran verdad que las
palabras atraen pero el ejemplo arrastra y los niños siguen tanto a adultos
como a niños. Por eso, sin compararlos, a veces resulta tan útil que un niño haga algo, para que tú puedas
hacer el “comercial” con el mensaje educativo.
Por tanto, con los comentarios que hacemos
de ellos reforzamos conductas, tanto positivas como negativas, sin quererlo. Por
ejemplo: un niño que está escuchando constantemente que come mal, que se porta
mal, que pega, que es enojón, que ya no sabes qué hacer con él, etc., actuará
ese papel asignado. Nos tenemos que “desacostumbrar”
a publicar lo malo y en cambio, gritar lo bueno. En caso de querer desahogarte
o pedir consejo, asegúrate de hacerlo cuando el niño no esté presente.
Es muy importante que no subestimemos
la inteligencia, la capacidad auditiva y de imitación de nuestros hijos. Definitivamente,
oyen más que las paredes, sin paranoias, es un hecho que incluso escuchan a
través de éstas y leen nuestra mente.
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