Este post es la continuación del post De lanzamisiles a misil, por qué… porque
quiero creer que alguien se quedó con la duda sobre el final de la historia… http://equilibrium4mom.blogspot.mx/2012/06/de-lanzamisiles-misil.html
Así que tras considerar que es normal que los bebés alimentados con lactancia materna puedan no
evacuar algunos días. Decidí seguir
mi instinto y desobedecer al pediatra, la verdad es que no me latía darle
laxante hasta la siguiente visita, o sea, ¡3 semanas! Esperé a que mi “misil casero” explotara libremente el
día y hora de su elección. Y así fue…
Debo confesar que tenía su gracia y ventajas tener
un bebé que sólo hiciera pipí y en realidad tras la explosión añoraba que
estuviera “tapada”. Pues es que como me lo imaginaba, ¡hubiera sido mejor no
estar presente el Día “E” (día de la explosión)! Para qué describir lo que ni
en sus sueños pudieran pensar que le cabe a una pulguilla humana de 53cms. Basta
con mencionar que tras 3 ½ días el misil causó daños considerables. Vaya, sin
lugar a dudas, lavar la ropita embarrada hasta la etiqueta del cuello con algo
parecido a la mostaza de dijon pero amarillo chillón, no es en definitiva mi
hobby.
No cabe duda de que un bebé es capaz de sorprenderte
cada instante, de poner a prueba y vencer a los pañales súper absorbentes. Es
tal su competencia que logra decorar su ropa, llenar el pañal y hasta una tacita
de café. Por lo tanto, como tip por si les sirve o ansían no tallar tanta
ropita, les comento que, tras varios derrames y cascadas, decidí comprar pañales de la siguiente talla
aunque en teoría según su peso todavía no era necesario. Hasta ahora funcionan
mejor, si estás en la misma situación podrías
probarlos, no te garantizo la erradicación total de daños colaterales tras la
explosión, pero sí mayor contención de los mismos.
En fin, la siguiente explosión fue también de consistencia y color normal, igualmente
después de 3½ días. Durante esos días ella
se comportaba con normalidad y estaba de buen humor, no había signos de
estreñimiento. Los hechos reafirmaron que mi instinto no andaba errado, no
hacía falta un laxante. De ahí me relajé y en realidad no llevo la cuenta del
periodo de fabricación de “misiles caseros”, lo que sí sé es que es bastante
variable e impredecible, pero no ha pasado del record alcanzado.
Lo que considero más relevante de todo esto es que si
algo no te late sobre lo que te dice el pediatra, infórmate y pide segundas
opiniones (no sólo sobre este tema) y sobre todo sigue tu instinto (obvio corroborando que no haya más síntomas). Y
que no me oiga mi pediatra, pero ninguno es todopoderoso ni infalible, nadie mejor que tú conoce a tu hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario