Tras embarazarte, una de las primeras lecciones que
uno aprende con sangre es a destapar
bien las orejas para que el montón de críticas que uno recibe tanto visuales
como sonoras, entren y salgan rapidito. Cuando eres mamá descubres que hay
personas respetuosas con tu forma de criar, cuya ayuda y consejos son valiosos
e incluso en caso de no serlos, no “se sienten” si haces lo contrario y tampoco
te critican. Desafortunadamente, hay otro grupo de personas que tienen mucho
tiempo libre y se dedican a criticarte a tus espaldas o en su defecto a
entorpecer tu labor maternal.
No niego que es
buenísimo estar atento a los buenos consejos y a la experiencia de otras madres
y padres, ya que muchas veces puedes sacar ideas para aplicar y otras al menos
te sirven para tranquilizarte de que todos pasamos por lo mismo de una u
otra forma. Siendo ésta la excepción a “mal de muchos, consuelo de tontos”, en
realidad ves que mal de muchos… no voy tan mal... sí puedo… sí podré.
Así pues, al momento de que te quedas embarazada
debes aprender 8 puntos importantes:
- Que cada persona, embarazo e hijo son diferentes, al igual que sus circunstancias. Todos tenemos cualidades y defectos.
- Que la que estás embarazada eres tú.
- Que es tu hij@ y de tu marido, no de los demás. Siendo estrictos, es conveniente recalcar que tu hijo no es “tuyo” como posesión. Ninguna persona es de nadie, no podemos poseerlas cual objetos, plantas o animales. Ahora bien, es “tuyo/suyo” en el sentido de que ustedes son los primeros responsables de su formación.
- Que hay mil y un formas de criar a un hijo. De hecho, para toda teoría-sustentada hay una contrateoría-igualmente-sustentada. Así que mientras tengas clara la meta a la cual quieres impulsarlo y ésta sea buena, al igual que los valores que quieras inculcar, hay muchas formas de llegar.
- Que debes desempolvar y creer en tu instinto y tu sexto sentido porque te serán muy útil.
- Que debes aprender el arte de ser “polite”, muy asertiva, súper creativa y en ocasiones buena piloto para dar el avionazo cuando sea necesario. Escuchar pacientemente, tomar lo que te sirva, desechar lo que no y volverte experta en no dudar y en dar respuestas respetuosas y firmes.
- Que no eres perfecta y cometerás errores. Por eso es importante ser reflexiva y humilde, para analizarte constantemente, para que puedas pedir perdón, corregir, innovar o incluso, autofelicitarte por los aciertos.
- A disculpar los comentarios imprudentes y críticas. Las personas no lo hacen con maldad, generalmente quieren ayudarte, pero para opiniones… los colores… Cada uno habla cómo le fue en la feria.
Poco a poco intentaré escribir ejemplos prácticos
que pueden sucederte para que te prepares o al menos te rías… Creo que antes de
preocuparte por el “deber ser”, debes ter claro lo que quieres, asegurarte de
que esto sea bueno, y después… No te
atormentes porque a veces o muchas veces te alejes de tu ideal y del “deber
ser”. Y puedes estar tranquila porque el pediatra (excelente por cierto) muy
atinadamente un día me dijo:
“No
te preocupes, los padres hacemos
primero
lo que se debe,
luego
lo que podemos y
finalmente,
lo que sea por sobrevivir”.
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