viernes, 17 de febrero de 2012

¿Como el primer embarazo ninguno?

El otro día, una amiga mencionaba que como el primer embarazo ninguno, que los demás ya los disfrutas más y vas tranquila. Creo que es una afirmación con la que "sí y no" estoy de acuerdo. Ella se referería a que ya sabes lo que te espera y no estás tan nerviosa. Asimismo, decía que los demás no los vives con tanta emoción e intensidad.

Bueno pues yo pienso que:

Sí... porque al ser la primera vez, es la primera vez de muchas cosas:  que sale positivo, que crece dentro de ti un bebé, que te hacen ultrasonidos para verlo, que experimentas tantos cambios físicos, hormonales, psicológicos, espirituales y sexuales en tan poco tiempo, que vives un parto, que te planteas ser responsable de alguien más que de ti misma, que eres madre, etc...Así que es cierto que hay sentimientos irrepetibles.

No, porque cada uno somos un cada quien y sus circunstancias. Por tanto, un primer embarazo de una adolescente, de una  mujer violada o maltratada, de una soltera - sin compromiso, de alguien a punto de divorciarse, de cualquiera que le le caiga la noticia de imprevisto y no lo desee; o bien, que esté pasado por algún problema personal, familiar, laboral, sufra un aborto espontáneo o tenga un parto prematuro, que le hayan diagnosticado que su bebé venía con alguna enfermedad o malformación, que tuvo un embarazo de riesgo o un parto complicado... Lo menos que desea, será vivir otro embarazo bajo las mismas condiciones... Por tanto, puede ser que incluso, viva con más emoción e intensidad y menos nerviosismo un segundo embarazo.

Para quien perdió a su primer bebé porque nunca llegó a latir el corazón, un segundo embarazo al menos al inicio no lo vivirá de igual manera, no es que no esté ilusionada, pero tendrá más miedo de perderlo nuevamente. No parecerá estar ilusionada y en muchos casos, preferirá no contarle a nadie que está embarazada, al menos hasta que pasen los 3 primeros meses, mientras que otras lo dirán a pesar de saber lo que puede suceder.

Sí es cierto que en el caso de un primer embarazo hay experiencias, sensaciones, sentimientos y pensamientos únicos e irrepetibles; pero también es cierto que sucede lo mismo en un segundo embarazo y un tercero, etc. Ningún embarazo empieza ni termina de manera idéntica, cada uno está enmarcado en sus propias circunstancias.

En un segundo embarazo es común que a diferencia del primero con el que te inscribiste a alguna página tipo Baby Center y supieras perfecto en qué semana ibas y qué estaba pasando cada día, te hayas leído artículos o libros, le dedicaras una canción o le pusieras musiquita, con éste, prácticamente  a veces parecería que si no fuera por tu ginecólogo o el volumen adquirido, ni te hubieras enterado de que estás esperando otro bebé. En fin, que dejas que el ajetreo te consuma y no dedicas un poco más al/a la nuev@ integrante.

Afortunadamente en un segundo embarazo existe un factor fundamental en escena: tu primer/a hij@. Y no sólo es la causa de que el tiempo personal sea un bien escazo o ausente. De hecho, la vida te sorprende inesperadamente, cuando ese/esa pequeñaj@ al/a la que le has explicado que tendrá un hermanit@ y que parece no haberlo captado, va a tu panza a enseñarle un juguete al bebé, le platica, le canta, le hace cariñitos o le da un besito... El corazón se conmueve y las lágrimas se escapan, es increíble la sensibilidad y la inocencia infantil, que no olvida que ahí hay "alguien" más y le dedica varios momentitos al día para estar con él/ella.  Claro que cuando l@ tenga en vivo y a todo color no le caerá nada en gracia perder la atención total, pero al final lo disfrutará y en un futuro agradecerá haber recibido el gran regalo de tener hermanos.

En cuanto a los papás, como cualquier cambio, implicará un periodo de adaptación. Al igual que pasar de dos "tus" a un nosotros, luego de cero hijos a uno, de uno a dos exigirá más trabajo y esfuerzo, pero igualmente se verán multiplicadas las gratificaciones recibidas. A final de cuentas, a pesar de los pesares, de la sangre, sudor y lágrimas,  para una pareja el poder tener hijos es realmente una experiencia "mastercard" = "priceless". La felicidad y los momentos inolvidables que inyectan en tu vida no tienen precio.  Es un privilegio poder ser madre/padre. Los hijos, sean fruto del primero, segundo o décimo embarazo, cada uno es una bendición y es especial.

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