miércoles, 27 de enero de 2016

Lactancia y blusas para lactancia #BlusasParaLactancia

Dedicado a una gran amiga que extraño 
y con quien quisiera compartir de cerca 
el inicio de su gran aventura....



Tras nacer tu angelito, ves al "glamour" salir por la puerta y piensas que nunca más volverá… ¡Calma!... Todo a su tiempo… 

Es cierto que los primero días sientes que pareces una mujer de otra parte del mundo, te sientes tan alejada de tu cultura occidental y de tu mundo “civilizado”. De hecho, te empiezas a plantear mudarte a una de esas comunidades donde la lactancia parece ser algo fácil y natural. La ropa, los collares, las pulseras, aretes largos y los tacones te estorban, hasta el reloj  y el control te abandonan, por lo que el maquillaje y las uñas perfectas no encuentran cita en tu agenda, que por cierto también se fugó de tu vida.



Y ¿sabes qué?... Es normal y sano que te encuentres con tu “yo salvaje y primitivo” para poder iniciar esta nueva aventura y poder contactar con tu sabiduría interna. Poco a poco aprenderás a escucharte a ti y a tu bebé, poco a poco volverás a retomar algunas actividades y costumbres, pero también, poco a poco pospondrás el retorno de otras y desecharás algunas, sin dudarlo. ¿Por qué? No por resignación, ni con frustración, sino porque si hay buena conexión, tu bebé te ayudará  a relativizar y a  re-jerarquizar tus prioridades, necesidades y valores.

Así pasa con cosas tan banales como la ropa, tras la primera guacareada tal vez te cambias. La segunda vez consecutiva, la limpias con jabón y ya no te cambias. La tercera, probablemente tiras adelante, como si nada hubiera pasado, con una limpiadita de toallita húmeda.

Con los collares es parecido, al principio tal vez golpeas un par de veces al bebé al agacharte a cogerlo o cambiarlo. La segunda te lo quitas mientras te agachas o le das pecho, porque ya te rompió uno. La tercera solo en ocasiones especiales lo sacas del cajón a pasearse.

Obviamente, el guardarropas se modifica, ya que definitivamente descubres que los tacones, traje sastre y  los vestidos de lentejuela son bastante incompatibles para convivir con un crío… ¡Vaya! No son lo más cómodos para arrastrarte por el suelo a jugar, para cargarlo aproximadamente y sin exagerar 24hrs. del día (especialmente al principio) o para recibir babas, guacareadas, mocos y demás…

Y si das pecho, siendo que al inicio no dominas el arte y es la actividad que te mantiene entretenida durante prácticamente todo el día. Lo primero que buscas es cómo lograr el poder sacar teta a toda velocidad, de manera sencilla y lo más pudorosa posible. Y pues sí hay varias opciones:


  • Hay quien opta por la manta tipo burka para bebé. Una opción muy respetable. A estas mamás que la usan, les encanta y son muy felices con su mantita de lactancia, aunque conforme crece el bebé a veces tienen problemas para que se mantenga quieto ahí abajo sin querer ver el mundo. Sin embargo, para las que me preguntan al respecto de ésta, no puedo opinar objetivamente, porque no fue nunca una opción para mí. En gran parte, gracias a que viví en Barcelona donde culturalmente la lactancia no era “un tema” como en México. De hecho, nunca la he usado y es que sólo de ver a los bebés ahí abajo, “yo” me asfixio. Además, siento que protagonizaría el chiste del señor que está haciendo pipí escondido, mientras pasaba gente a lo lejos, que ni lo veían, pero él les gritaba: “¡Oiga señor, señor, eyyyyyy señor, chut chut señor!!!!...No voltee que estoy haciendo pipí!!!... O sea, siento que llamo más la atención y que “escondo” algo que en realidad no es malo, sino natural y que no necesita ser escondido. No obstante, qué bueno que existe, ya que sin ésta, hay muchas mamás que no se animarían a dar pecho o vivirían encerradas.
 
  • Están las blusas especiales de lactancia. Con mi primer hijo caí con unas cuantas. En H&M pueden encontrar algunas buenas, calidad-precio, porque de repente ves unas que “híjole”, si las sumas, ¡mejor te las ahorras y te vas de vacaciones! 






  • Está la técnica de la cebolla. Te encimas capas… 1. Una blusa para tapar las “agarraderas del amor” (diría Vane… las lonjas) y  las “insignias de honor” (estrías y demás cuestiones adquiridas con la vida y la maternidad). 2. La blusa/suéter para salir y para decorar con mocos y guacareadas. Entonces resulta muy sencillo hay dos opciones: A. Si las blusas/suéter son elásticas y aguantan ser jaladas para abajo, pues listo, jalas, sacas teta y se conecta el bebé. B. Si no da o no quieres enseñar ni 1mm, pues levántate la blusa/suéter, tu bebé se conecta y dejas caer la tela encima de su carita y te tapará sin necesidad de trapitos.

  • También están las blusas de botones, pero a veces cuando le urge al bebé su teta, no quiere  esperar ni un segundo y es un rollo. Además luego de darle, es frecuente olvidarte de abotonarte o abotonarte mal y salir bien sexy a la calle. Obvio hay a quien le súper acomodan...





En conclusión, primero necesitas conocerte y saber qué crees que se adecúa más a ti, a tus necesidades y gustos. Luego, prueba y si te acomodas, pues ya está. Y si después quieres probar algo nuevo, inténtalo...

... ¡Si quieres inventar una nueva técnica o una línea de ropa más acce$ible, pues avísame y la promovemos en la página!

No hay comentarios:

Publicar un comentario