Nuestros niños crecen... ¡Muy rápido!

 

"El tiempo pasa volando... Disfrútalos"... 

Todo mundo te lo dice y lo sabes... Sin embargo, hay días en que el asunto te da una bofetada para que despiertes y definitivamente no lo olvides...

Así fue hoy.

Vaya, además de tener que arrancarme una cana rebelde, de esas que te impiden hasta  concentrarte en la manejada cada que miras el retrovisor... Mi hijo remata la jornada, al recostarme con él.. Mientras manteníamos una de las tantas conversaciones que valen oro y que suelen  darse justo en la quietud de la noche, cuando sus hermanos ya duermen y puede gozar de mi atención en exclusiva. Sí, ese momento nocturno, que a la vez te encanta y a veces te desquicia porque en ocasiones parece interminable, pasan las horas y no logra conciliar el sueño, mientras cuentas los segundos que faltan para que el bebé se despierte o para poder hacer algo que querías...

En fin, resulta que en la fiestita que fuimos hoy, hubo show del Capitán América y de Rapunzel. Así que al preguntarle cuál había sido su parte favorita del día, obviamente era el haber estado con los susodichos personajes... Pero ahí estuvo el detalle, de esa lucha entre la magia de la inocencia infantil y la irrupción del realismo y del raciocinio, ya que  tras una breve pausa y con una sonrisa me dice: "pero sabes qué, los caché, sólo estaban disfrazados. A Rapunzel se le veía abajo de la peluca el pelo café y el Capitán América tenía poquita barba y no volaba. Sí, los caché"...

No cabe duda... El tiempo pasa volando y en unos años echaremos de menos a estos pequeñajos que si bien nos agotan, nos sorprenden cada día con sus ocurrencias, hacen que explotemos nuestro potencial y que ensanchemos nuestro corazón.