jueves, 14 de mayo de 2015

Rompiendo la rutina... ¿O sólo viviendo lo cotidiano fuera de casa?




No cabe duda que los niños cambian la vida, pero es que a veces las comidas fuera de casa se vuelven expediciones extremas... Toda planeación es insuficiente ante las sorpresas que te pueden deparar seres tan dependientes e indefensos como un bebé o unos niños ya más avispaditos , pero niños a fin de cuentas.

Definitivamente un hijo te desarrolla gratuitamente y voluntariamente a fuerzas todas las habilidades personales, gerenciales y directivas tan apreciadas: planeación, flexibilidad y adaptación al cambio, gestión de crisis y solución de problemas, toma de decisiones, negociación, iniciativa y creatividad, entre otras.

Por poner un ejemplo les voy a contar lo que ocurre cuando, a tu marido y a ti, se les prende el foco con la genial e inesperada idea de salir entre semana, "rápido", a comer a un restaurante. Durante el tiempo transcurrido entre "la decisión", al "hecho" de lograr estar en el coche con todos sus chilpayates y sus "nietos", o sea los "hijos de sus hijos" (sus muñecos), pueden suceder cualquier número y gama de situaciones, excepto salir inmediatamente. Mientras que le pones los zapatos a uno, el otro se los quita y necesita ir al baño. Lo mejor es que justo al cerrar la puerta, te das cuenta que olvidaste algo o que el bebé te acaba de guacarear. Podrías regresar a cambiarte, pero ya a estas alturas del partido, estás convencida de que la guacareadita ni huele y las toallitas húmedas borran el rastro de todo (ajá, cómo no... Chécate en el espejo "al ratón" y ya me dirás).... Da igual, te vas así en tu look de mamá,  simplemente porque ya lograste salir. Retroceder aumenta el riesgo de enfrentar mil posibilidades más.  

Obviamente se dirigen a un lugar con zona de juegos infantiles, que sea fácil de cuidarlos y segura... Hay unas que parece que quieren acabar con la especie o tienen convenio con algún hospital, porque cumplen con todos los requisitos  para NO ser infantiles: son peligrosas, tienen mil puertas de salida o están escondidas y no puedes vigilarlos a menos que tengas la vista de Superman.

En fin, misión cumplida, llegan al restaurante y los 2 mayores desaparecen a los juegos y el bebé feliz en su sillita. Así que como cualquier padre haría, te relajas, respiras profundo y piensas: "oh, qué bien, ya me hacía falta esto, que...". La frase se ve interrumpida y regresas a la realidad al escuchar el típico disco rayado: "Mamá, es que": tengo sed, cómprame por favor un anillo de la maquinita sólo cuesta $5, ya me caí, quiero ir al baño (regresas con uno y el otro también se acuerda de ir). Bueno, finalmente llega el agua, la sirves y uno se la tira encima; pero mientras limpian el "accidente", el otro quiere su pan, ya, "ahorititita". Claro el bebé de revista que estaba feliz sentadito en su huevito, es cosa del pasado, obvio ya hace rato alguien (tu marido o tú) lo trae cargado porque también quería divertirse... Ya ven que ningún hijo quiere quedarse sin un papel principal en el capítulo de la salida al restaurante o de cualquier episodio del cuento de la vida familiar.

Así pues, tras lograr ordenar la comida y empezar a comer con alguna que otra ida al baño incluida, al mismo tiempo, el bebé come y toma pecho. Cuando te falta poco por acabar de degustar tu helada comida, sientas al bebé en un mantita en el pasto y ahora sí crees que vas a disfrutar los tres bocados que te quedan, pero tardas más en creerlo que en escuchar a tu hijo mayor anunciarte: "¡el bebé explotó, ya se le salió todo el relleno!"...

Por no llorar, se carcajean y procedes a limpiarlo. Dada la situación de desastre, resulta conveniente no mover al "elemento contaminado" de sitio para evitar una catástrofe.  Así que como eran los únicos comensales del restaurante y estaban en el jardín pues a hacerlo ahí, ni modo. Quitas los pantalones y sus piernitas están cual si no hubieran traído pañal, sucias hasta abajo de la rodilla y como su rapidez es mucho mayor a la tuya, decide cogerse las piernitas y embadurnarse también las manos y la camisa, y ya no sé si hasta la oreja. Por fortuna,  ya la risa no permite ver  la realidad o al menos, ser conciente de ésta.

Poco a poco empiezas a tomar el control de la situación y pides bolsas para tirar el material tóxico y de limpieza, y otra para la ropa que desearías fuera desechable. Eso sí, sin lugar a dudas ahora si quisieras haber seguido el típico consejo de "más vale prevenir que lamentar" y haber traído ropa de repuesto, pero "¡para qué! ! si vamos rapidísimo, aquí al lado".


Cuando todo vuelve a la normalidad, bueno a la normalidad que vive una persona con hijos, te pide tu hija que le ayudes a buscar su anillo nuevo (el de la maquinita) que se le perdió. Lo que ya fue el colmo y para rematar, es que pides la carta de postres y el mesero viene 3 horas después con la cola entre las patas y te dice: "hoy sólo tenemos panacotta"... Entro en shock: "¿Qué?!?!?! Nooooooooooooooo, no puede ser, necesito al menos un postre decente y calorífico de esos con los que vale la pena engordar!!!!" Sin embargo, como hay que dar ejemplo a los menores, pues nada de berrinches, pucheros ni malas caras. Aunque inevitablemente, por un momento comprendes verdaderamente a tus hijos, cuando se instalan, entre lágrima y chillido a repetir como tarabillas: "¡quiero mi dulce! ¡Quiero mi dulce!"...

En fin, un día como cualquier otro y aunque no lo crean, nos la pasamos bien mi marido y yo, y los niños... ¡Ni se diga! La verdad estuvo bien eso de salir de la rutina y salir a comer inesperadamente. No sé si esto de ser padres te hace perder la cordura, se un poco masoquista o es que aprendes a valorar los segundos de paz, los minutos de ocurrencias y las horas de caos. En realidad,  aunque miremos a veces con nostalgia aquellas salidas de solteros o de novios, al menos yo, no cambiaría mi vida caótica de madre por mi vida pasada. Creo que el amor a los hijos y de los hijos a ti, te cautiva para siempre y te desarrolla tu personalidad y habilidades inimaginables, como la paciencia en la impaciencia y el buen humor...





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